Harinas ecológicas que contienen gluten y las que no, o distinguirlas simplemente por sus diferentes propiedades.

Sin gluten

De  garbanzos: ideal para hacer tortilla de patata y para rebozar alimentos. Es una harina  dotada de las cualidades nutritivas de las legumbres; es decir, gran aporte vitamínico (E, B, K y C), minerales y proteína vegetal.

De arroz: una harina perfecta para rebozados y como espesante. Contiene, entre otros, fósforo y yodo. Tiene poca fibra y vitaminas E y B.

De semillas de lino: es perfecta para reemplazar las grasas o el huevo en las recetas y contiene Omega 3 y 6. También podemos hacer el mismo proceso con las almendras para postres, y disfrutar de sus efectos antioxidantes.

Con gluten

Harina de trigo: te aportará minerales como el hierro, vitaminas A, B y E, proteína e hidratos de carbono. Es mejor que no esté refinada para aprovechar bien estos nutrientes.

Harina de espelta: es más digestiva que su prima (de trigo) ya que contiene menos gluten que la de trigo. También crea masas compactas y contiene minerales como el potasio, vitaminas E y B, fibra y Omega 3.

Harina de centeno: una harina más amarga con la que realizar panes y galletas saladas densas. Contiene fibra, minerales como el calcio o vitaminas E y B.

Harina de cebada: es ideal para densificar salsas o para pan. Si quieres más esponjosidad, la puedes mezclar con harina de trigo. Contiene minerales como el zinc o el potasio, fibra y vitaminas A, B y C.

Harina de avena: perfecta para aportar esponjosidad y para repostería. Contiene ácidos grasos positivos, vitaminas E y B y fibra.